Podemos dividir los esquís Fat en dos líneas generales, y ambas tienen que ver con su forma. Por anchura, tenemos Low-Fat, Mid-Fat y Fat. Y por disciplina específica, los hay para Freeride puro y los hay para los que lo combinan con trucos de Freestyle fuera de pista, necesitando colas levantadas para los aterrizajes marcha atrás.
La progresión de este tipo de esquís, durante la primera década del siglo hasta hoy, puede ser calificada perfectamente como meteórica en muchos sentidos. Empezaron tímidamente, pero no sólo se han desmelenado en cuanto a formas, sino que también han sido un éxito rotundo y una grandísima aportación a la industria.

El Rossignol Bandit, un clásico de los primeros tiempos.
© Skis Rossignol SAS
Los primeros años, eran pocos los esquís que pasaban de los 100 mm. de ancho de patín. Muchos esfuerzos y tiempo de desarrollo se han invertido dentro de esta gama, tanto por parte de los fabricantes como por parte de los atletas. Hoy, la variedad entre estos esquís es muy grande. La irrupción del Rocker ha ensanchado algo más, si cabe, los márgenes de lo posible. Aunque la distinta nomenclatura y el uso del Rocker por parte de los constructores parece haberlo liado todo bastante. Añadir un factor más siempre altera las cosas.
Si ya en los modelos Polivalentes/All Mountain el factor del terreno podía determinar en buena medida la elección de un modelo u otro, aquí las mismas ideas básicas se cumplen con mayor intensidad. Es muy importante tener esto en cuenta para no cometer un error a la hora de elegir nuestros esquís fat.
Para alguien que se introduce en este tipo de esquí, no tiene mucho sentido optar por modelos muy anchos. Por ello nuestra elección estará entre low-fat y mid-fat, siendo decisivo en la elección entre éstos la cantidad, calidad y tipo de terreno al que acostumbramos a encontrar.

Territorio Freeride. Fotografía cedida por cortesía de Xavier Albero.
© Xavier Albero
Por otro lado, para los que son ya asiduos al territorio “salvaje”, los esquís mid-fat o fat estarán en su punto de mira. Aunque no podemos despistarnos y debemos recordar que, si las condiciones de nieve son difíciles y encima el elemento blanco es escaso y duro, elegir un low-fat es una opción muy aconsejable. Que las ganas de nieve profunda y bajadas épicas no nos venzan aquí.
El error más común a la hora de elegir esquís para fuera pista es quedarse corto con la altura. En el siguiente punto, hablaremos más extensamente sobre ello. Pero como norma genérica, excepto en casos específicos, podemos decir que no es recomendable elegir esquís de nuestra misma talla. Para acertar hay que elegir esquís que sobrepasen 5 cm. nuestra altura. Esa es la referencia mínima y la más cómoda para los no iniciados. Para los muy bregados, 10 cm. más no serán un problema y disfrutarán del material. Los más atrevidos y fuertes podrán irse a 15 cm. de más e incluso superar esta cifra. Dicho esto, hay que tener en cuenta también el rocker. Si nuestro esquí tiene un rocker generoso, elegir un esquí aún más largo es indispensable.
Otro tema que de un tiempo a esta parte ha traído discusiones, algunas bastante acaloradas, es el camber. De este término apenas se oía hablar, pero desde la irrución del rocker y los modelos que han roto los moldes clásicos, ha salido a la palestra. El uso de distintas nomenclaturas tampoco ha ayudado a dar una buena sensación a la clientela. Pero poco a poco, el público y los constructores empiezan a establecer un diálogo más claro, cómodo y entendible.
En los perfiles clásicos del esquí, el camber es positivo. El camber es el arco natural que tiene un esquí y que siendo positivo deja algo de separación entre la suela del esquí y el suelo, si no le aplicamos presión alguna. A esta forma, se le denomina camber tradicional o Full Camber.
Ahora, el otro extremo, el Rocker. Los modelos más radicales son los de camber negativo o Reverse Camber. También se les ha denominado modelos Full Camber. El esquí está curvado en buena parte de su longitud y tanto la espátula como la cola se levantan a buena distancia del suelo. Cabe decir que no son esquís totalmente curvados, y que tienen una zona plana en el centro bastante larga. Estos modelos funcionan muy bien en nieves polvo profundas, no así en pista, donde se notan algo nerviosos y no muy maniobrables. Estos son modelos enfocados claramente a unas condiciones específicas, y necesitan de grandes cantidades de nieve polvo.

El K2 Annex 118, un ejemplo de esquí Fat moderno. Lo tiene todo.
© K2 Sports
También existen combinaciones de camber positivo (o clásico) con rocker. Los hay que sólo tienen la punta levantada desde un punto más cercano a la puntera de la fijación que los esquís clásicos. A esto se le denomina, por lo general, Tip Rocker o Early Rise. A los que hay que añadir los modelos que combinan el camber positivo o clásico con punta y cola levantadas. En este caso se les suele llamar Tip and Tail Rocker, o rocker en punta y cola. Son esquís que en la pista no pecan de un carácter penalizado claramente por un camber plano, lo que les da maniobrabilidad y sensación de control, seguridad y estabilidad. A la vez, se comportan muy bien fuera de pista cuando tomamos ángulos inclinados, ya que es así como se benefician del rocker. Dependiendo del modelo el resultado será sensiblemente distinto en cuanto al levantamiento de cola y espátula en relación a la zona con camber. A menor rocker, el esquí se asemeja más a un esquí clásico.
Otro elemento importante en este tipo de esquís son las fijaciones. Lo clásico es montar fijaciones de pista directamente sobre las tablas. Y un punto a tener en cuenta es que, si solemos encontrar nieve algo dura, la flexión progresiva del largo del esquí que resulta útil pierde capacidad, ya que la bota no deja que se doble correctamente. Por tanto, no trabaja de forma adecuada.
Muchos argumentan que es mejor no montar ningún tipo de placa flotante, debido a que ello incrementaría la altura de la suela de la bota respecto de la suela del esquí. Eso supondría que con una menor inclinación de la pierna, el canto agarraría antes. Sería un efecto probablemente negativo en esquís de muy poco radio, ya que tienden a cerrar más la curva, y en según qué terrenos puede llegar a traducirse en clavadas indeseadas.
Otro efecto a tener en cuenta al montar la fijación directamente sobre el esquí es que puede llegar a reducir la efectividad de las fijaciones y dar al traste con buena parte de las especificidades DIN y el trabajo de ingeniería. Trabajo de ingeniería que no acaba en las fijaciones. De hecho, si miramos bien el por qué del rocker, resulta bastante absurdo que todos los esfuerzos y construcciones nuevas se vayan al traste en los buenos 50 cm. que ocupa una fijación+bota, si estos dejan esa parte rígida y plana.

Placa Vist Speedlock Pro
© Vist
Por estos tres importantes motivos, no resulta descabellado buscar una placa ligera y que permita ese ajuste adelante-atrás. Hay distintos grosores y modelos a elegir. No hay que confundir en ningún caso con las alzas, que levantan pero no le permiten ese movimiento al conjunto esquí-fijación.
Otra buena opción por la que optan cada día más usuarios de este tipo de esquís, es montarles fijaciones que permiten el ascenso con pieles de foca. Hoy día existen fijaciones que aúnan lo mejor de las de pista, con la ligereza y funcionalidad de las fijaciones de esquí de montaña. Para los montañeros suelen resultar algo pesadas y poco adecuadas, pero para los que buscan sacarle el máximo rendimiento a estos esquís son todo un acierto.
Índice de la Guía para Comprar Esquís de SkiReviewer
1.- Un océano de material de esquí – Una introducción a tanta variedad
2.- ¿Comprar o alquilar esquís? – La conveniencia de tener tus propios esquís
3.- Tipos de esquís. Guía rápida
4.- Tipos de esquí – Explicadas una por una
- Esquís Polivalentes / All Mountain
- Esquís Fat
- Esquís Freestyle
- Esquís Junior
- Esquís Race
- Esquís para Mujer
6.- Altura y Peso del Esquiador – Y algunas otras consideraciones para elegir la medida correcta
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