Dos grandes grupos dividen la gama de esquís Freestyle: Park y Bumps. El terreno obliga. Los esquís freestyle park suelen caracterizarse por tener doble espátula, para los trucos marcha atrás y aterrizajes de espaldas a la pendiente. Se les suele colocar la fijación más adelantada respecto a la posición del alpino, llegando a estar casi en el centro en algunos modelos muy específicos. Un esquí que cabecea en el aire puede desequilibrar a su piloto, de ahí que el equilibrado de masas sea un elemento crítico a la hora de diseñar estos esquís. Algunos perfiles son simétricos, haciendo que las cotas del esquí sean igual de anchas delante que detrás. Esto, junto a una posición más centrada de la fijación, los convierte en los más específicos de este área.
Los esquís freestyle no suelen tener cinturas muy anchas. Uno de los principales puntos a tener en cuenta es cómo reaccionan estos esquís cuando se libera presión de ellos. Por ejemplo, cuando salimos de un salto. Además de cómo se comporta en las recepciones. Un esquí demasiado blando nos lo dejará todo para nosotros, algo que nuestras articulaciones no verán con buenos ojos. Un esquí demasiado duro para nosotros podrá llegar a ser incluso peor que uno blando. Puede que absorba lo que le echemos encima, pero es probable que nos lo devuelva y no estemos preparados. Es clave elegir en función del grado de dificultad de los módulos que ataquemos y de las inercias que generamos (velocidad en saltos y pipe). El esquí más pro no tiene por qué ser el nuestro, menos aún si nos hemos iniciado recientemente.
Uno de los temas sobre los que uno puede tirarse horas dándole vueltas es la altura de los esquís. Hay que tener en cuenta que un esquí más corto es más maniobrable y desplazamos menos masa en el aire. Pero correrá menos, algo que influye en los módulos más grandes. Quedarse corto en un salto grande es muy peligroso. Si se tiene el nivel suficiente y uno es un deportista con cierta experiencia, no hay que sacrificarlo todo en aras de la movilidad. Necesitamos generar inercias, que conseguiremos con un buen encerado, una medida algo más larga que con la que empezamos y mucha cabeza.

El Hart Twisted es un ejemplo perfecto de esquí de park.
© Hart Ski Corporation
Los esquís freestyle para park y pipe (medio tubo) suelen montar la fijación directamente sobre la plancha, sin placas, ni elementos intermedios. Esto es por dos motivos: primero, por el tacto directo que transmite la fijación pegada al esquí. El practicante lo agradece mucho, sobre todo cuando se dirige a módulos metálicos, barandillas, medios arcos, etc. El otro motivo está íntimamente relacionado con el canto. A más altura de la suela de la bota respecto de la suela del esquí (dónde está fijado el canto), con menos inclinación de la pierna, logramos que el esquí cantee antes. Esto representa un problema serio, sobre todo cuando nos enfrentamos a módulos como los cajones, las barandillas, etc. Módulos que no son hechos con nieve. Dos partes metálicas resbalan muchísimo. Por ello es mejor que el canto tenga más dificultad para entrar y esto se consigue teniendo el pie lo más cerca de la tabla posible. Que es precisamente lo que queremos para deslizar el esquí plano por encima del módulo. Algunos llegan a limar y redondear literalmente parte del canto o incluso casi su totalidad.
No obstante, lo que resulta una ventaja también es un inconveniente, aún no resuelto por los constructores. La amortiguación por parte de elementos estructurales del esquí es menor si no cuenta con una interfície algo elástica entre bota y esquí, en las recepciones de los saltos. La propia estructura del esquí disipa mucha energía, pero hay recepciones que son muy duras para nuestras articulaciones, especialmente las rodillas. Igual el futuro nos depara sorpresas en este sentido. Aunque es algo que descarto, a no ser que un deportista de élite quiera desarrollar algo con ayuda de su sponsor.
Los modelos de baches no tienen doble espátula y su perfil suele parecerse mucho al de un esquí de GS moderno y suavizado. Las reacciones que se buscan en este tipo de esquí no son bruscas. Un esquí con mucha respuesta elástica podría escupirnos con facilidad. Durante buena parte de los años 80 y 90, se usaban modelos de esquís de SL de reacciones suaves, y se elegían tallas cortas. Meter un cacharro de dos metros en esas líneas tupidas de baches, no era tarea fácil ni entonces, ni ahora.

Como su nombre indica, el Hart F17 Classic es uno de los mejores esquís para baches.
© Hart Ski Corporation
Las medidas más largas de hoy se encuentran alrededor de los 180 cm. Y es habitual ver corredores profesionales con medidas que se podrían considerar cortas, entre los 165 y 170 cm. Son esquís que no suelen traer placa para instalar la fijación. Como en los demás esquís de esta categoría, se instalan directamente. Esto responde a la necesidad de tener un tacto más directo y sobre todo de no elevar demasiado la suela de la bota. Necesitamos controlar la fase de canteado y llevar el esquí plano el mayor tiempo posible. No obstante, durante un tiempo se realizaron pruebas y se pudo ver corredores y modelos concretos que montaban placas específicas. Quién sabe si en un futuro algún fabricante logrará alguna mejora técnica en este sentido que las haga útiles y funcionales.

El autor disfrutando de una fácil línea de baches.
© SkiReviewer
Índice de la Guía para Comprar Esquís de SkiReviewer
1.- Un océano de material de esquí – Una introducción a tanta variedad
2.- ¿Comprar o alquilar esquís? – La conveniencia de tener tus propios esquís
3.- Tipos de esquís. Guía rápida
4.- Tipos de esquí – Explicadas una por una
- Esquís Polivalentes / All Mountain
- Esquís Fat
- Esquís Freestyle
- Esquís Junior
- Esquís Race
- Esquís para Mujer
6.- Altura y Peso del Esquiador – Y algunas otras consideraciones para elegir la medida correcta
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